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JULIA DEL PRADO MORALES (Lima-Perú)

LA ALDABA

Toc Toc ¡Toc toc! Toc, la aldaba tocaba la puerta de esa casa de puerto chalaco donde los tíos Jacinto y Jacinta vivieron hasta los últimos días en que esa vieja casa fue vendida.

Jacinto y Jacinta eran los dos hermanos solteros de una familia grande, casi siempre plena de alegría en domingo en que primaba la libertad que otorgaba la abuela Karmen para que todas las generaciones hablaran en voz alta y de diversos temas. Esta familia brillaba en elocuencia y picardía.

Todos los ambientes eran ocupados por hijos, sobrinos, sobrinos nietos de "Cinto" y "Cinta" como se les llamaba en sutil apodo. Desde la inmensa sala hasta el patio donde la abuela nana Asencia hacía de las suyas con el batán, el sonido y el ruido se mezclaban en singular acento.

Toc Toc ¡Toc toc! vuelve a sonar la puerta de esa casa vetusta, a través de esa bendita aldaba.

Jacinto era amoroso con todos sus sobrinos, en su dormitorio tenía una biblioteca y en esos domingos vaporosos de tarde él les leía historias en ronda de su Tesoro de la Juventud o de Nuestro Universo Maravilloso o de la revista Billiken y de libros de aventuras de Julio Verne o Sandokan, los aplausos de niños y adolescentes eran el estímulo que recibía, diría que era como un teatro en donde el protagonista era "Cinto". A la más pequeña de sus sobrinos la colocaba en sus rodillas, con esa ternura que sólo los buenos hombres tienen.

Y "Cinta" o Jacinta era esa tía que se le veía cose y cose en esa vieja máquina con motorcito en donde su pie le daba al dale, dale. Cosía generalmente trajecitos para muñecas que eran hechos por encargo, así podía mantener a su sobrino que había quedado huérfano y al que ella había prohijado. A sus demás sobrinos los trataba con afecto sereno y con medida. La más pequeña fue premiada con varios mandiles a cuadros para que su ropa no se ensuciara en domingo, en esa mesa familiar que se diría poco brilló en cordura.

Toc, toc ¡Toc toc!, Plam, plam, esa aldaba otra vez con sonido grave.

"Cinto" y "Cinta" tíos que quedaron en el ayer con salidas al cine "Porteño" en tardes de matineé o en juegos de carnaval donde las aguas corrían delirantes por esas calles de puerto. Con chisguetes de Pierrot y Colombina y bolas de talco. Y los rostros de los niños, adolescentes y mayores pintados de betún en esos tres días seguidos de cálido mes de febrero.

"Cinto" aún lo veo llevarnos al encuentro de chalanitas y figuras con esas olas de mar vibrantes para paseo de domingo y el faro en luz de buenos días. Pelícanos y pardelas con esas construcciones que todavía quedan de viejo puerto hablador.


Una mujer de casi 60 años toca la puerta una y otra vez. Toc, toc ¡Toc toc! aldaba que se vacila hoy en remate de lunes escondido.

BRASIL, BRASIL

Aló, Aló – me escuchas- ¡Brasil, Brasil, Brasil. Me escuchas, aló, aló. No. –Seguro que andas con los amigotes.

Aló, Aló – me escuchas – segunda llamada. No. ¡Brasil, Brasil, Brasil! Caramba, qué joda.

Suena el timbre de la casa. Es el marido que llega a los pocos minutos de las llamadas.

El bullicio ingresa. Desde la avenida de la gran ciudad se escucha al jalador del microbús: ¡Brasil, Brasil, Brasil!

EL GATO SINIESTRO.

Toc toc toc suena la aldaba y en esa casa inmensa, deteriorada por el tiempo, sólo queda como habitante el gato de la abuela, un gato gordo, inmenso que debe tener como 50 años. Ha tenido más de siete vidas y como única compañía tiene un espejo.
Toc toc toc vuelve a repicar la aldaba, el gato raudo intenta abrir la puerta, pero se choca con el espejo y queda atrapado dentro de él, se le ve como a Walt Disney le gusta; con las manos en alto, en la mano izquierda una pistola a lo cowboy y con sus patas abiertas.
Permanece así con una sonrisa siniestra.

EL TUNCHE(*)

El tunche visitó la casa de Serena, abrió la cerradura con una tarjeta de esas que se usan para llamar por teléfono. Entró a su dormitorio, ella no estaba, así que sólo pasó, trató de no dejar huellas. Y en esa su fugacidad al salir, silbó: Fi fi fi fi finnnnn, finnnnn.

(*) El Tunche es un personaje que nunca se ha visto pero que existe. No tiene representació n visual, pero se le imagina como un pájaro nocturno. Su silbido es dulce y melancólico; si silba corto es un alma en pena que te acompaña; si largo, es un espíritu maligno que te acecha y presagia desgracias y muerte. Parte del folclore de la selva peruana, el Tunche es una presencia temida y respetada.

JOSÉ, EL FRANCÉS

José se puso de cabeza frente a un espejo -hace muchos años-, para probar su destreza en la acrobacia y así su figura quedaría plasmada, él por entonces se quería demasiado.

No se dio cuenta de que sus manos quedarían pegadas en una cómoda antigua,
donde alguien, fortuitamente, había rociado cola. Así trataba de despegarse, pero no pudo, se quedó tieso y sin respiración. En estado catatónico.

Horas más tarde se acerca a su domicilio: Juan, su amigo escultor vecino. Toca la puerta, nadie le abre, menos mal está entreabierta. Ingresa, trata de ayudar a José para sacarlo de su casi agonía y no puede. Vuelve al otro día con cera, se la coloca en su cuerpo bello y bien tratado y queda toda una figura atractiva. Ahora el ego de José se luce en los museos de figurines y la gente, sobre todo las damas lo acarician.

LOBUNO SILENCIO

Estás lobo. -Si estoy. ¿Y dónde estás? -En la playa, triste y solo, varado frente al mar. ¿No estará Caperucita a tu lado?

-No qué va. Acechan los gallinazos, y entonces la ingrata muchacha no acude.

Sigue la playa, en lobuno silencio, interrumpido de vez en cuando por el rumor cristalino del mar.

BREVE BREVE CADA DÍA

abrazada camino
con vida
b
r
e
v
e b r e v e

c a d a d ì a

abrazada ando
a su cielo
ceñida a s u o m b l i g o

abrazada a mis incógnitas
viene cada ola de mar
su infinito
y h o y a m i v i d a
s u s u s t e n t o

amor fresco enalteces
tu contenido y mi
continente
n o a j e n o

te espero en abrazo
en nuestro campo
que se cultiva
y menos mal
f l o r e c e

CÁLIZ DE MIEL

Cuida a la guagua
desde su cáliz
donde la miel brota
lo arropa
desde su corazón azul
lo arrulla
desde su canción adornada
en rimas quechuas.

Un día la guagua
le dará a su madre
cada brote
donde renace
dúctil la pachamama.

CHARLA CON LA CANDELARIA

Cara y careta
diablada / morenada
carnaval que camina
raudo atraviesa
la Tierra
charla con la Candelaria
Vírgen del Socavón

¿marchará feliz
el hombre
con su nuevo disfraz?
cara y careta
diablada / tunantada
portal de este hoy
en continuo tiempo

Ropaje diferente más allá
de su pista.

DANZA DE LA MANZANA

La manzana alegre
baila una danza
rodeada de ocho piedras
de verde esperanza
su vitalidad contagia
al corazón del humano
que suave revive
en notas de su hoy.

ESTRELLITAS UNIVERSALES

Estrellitas universales
que brillan en el firmamento
acompañan a los seres
alegres / tristes
dormidos / despiertos
y a los donceles diablitos
que a través de
su copa de cristal
miran su paradero.

2 comentarios:

  1. gracias querida Norma por tu trabajo, eres maravillosa y solidaria. Un gran trabajo, te felicito, besotes desde Lima, Julia

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  2. Felicitaciones mi amiga, lindas letras, lindo trabajo.
    Un abrazo.
    Emi.

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