NILDA ETEL DELUCA (Quilmes-Buenos Aires-Argentina)

SIN ALAS

Muy sigilosamente respeté tu tiempo.
Deseaba que la prisa no invadiera,
de pronto, nuestro diálogo ameno.

Eras aire, comida, agua...
el puente al universo.
¿Qué oscuras causas clavaron
espadas en las tablas?
Tal vez mis ansias y anhelos...
... o...tu abandono e indiferencia...
No lo sé bien...

¡Ciertamente, fue el turbio
espejo que nos reflejaba!

Era la última letra de mi abecedario,
la austera chispa de mi hoguera,
el número final del almanaque.

Hoy, sos el pájaro que ya no vuelve
...y yo sin alas.

CARTAS SOBRE LA MESA

Sólo le quedas vos.
Tendiste cartas sobre la mesa.
¡Por fin! , entonces recobró su fe.
Andaba sola sin la menor certeza
sobre una cuerda floja y sin red.
La duda le impedía su equilibrio.

Hoy se dispone a jugarse otra vez.
Ahora ajusta la soga con firmeza
y con coraje va domando el revés.

Retorna a la olvidada adolescente.
Recuerda a la mujer estremecida.
Logra disfrutar de cada instante.
celebrando alegrías merecidas.

Recorre tu universo insospechado.
Aspira el perfume de los pinos.
Observa a ese niño... libro abierto.
Escucha deslumbrada tus verdades
y atesora tus caricias en lo cierto.


Sus sentidos recobraron tanta vida.
Que sos puente, carril, vía, sendero...
Tenés sueños muy altos. Sos el vuelo
que le das a su ser noble consuelo.

Se desploman las rocas por tu estirpe
de profundo varón apasionado.
El hombre que una tarde con franqueza
tendió claras las cartas en la mesa
sin ficticias aureolas... sin promesas.

UNA DIOSA QUE ME LLAMA

Guitarra…
Un poco triste te encuentras
porque estás abandonada.
Nadie acaricia tu cuerpo
de madera bien lustrada.

Te miro y te miro
como a una diosa…
¡Una diosa que me llama!

Guitarra…
Tú me conoces y bien sabes
que la música conquistó mi alma.

Si este amor que causa
tanto daño se fuera lentamente
cuál luna liberándose del sol
de la que está enamorada.
Te prometo guitarra mía,
que lograré abrazarte para
saciar la sed que me produce
mi voz al no poder nombrar
un amor que ya es estaca.

Con mis manos…escalaré tus cuerdas hasta cansarla
para lograr los gemidos más agudos.
Y si las notas confundo, ¡perdóname!
es que mi corazón necesitará un tiempo
para olvidar las espinas
que en mi yemas están clavadas.

RESPIRÉ PROFUNDO

Llegaste a mi lado nuevamente.
Respiré profundo.
No encontré tus labios
ni el tacto ferviente.
Se murió el encanto.

Respiré profundo.

Me dije: ¿Qué hago con tanta ternura
guardada en un cuenco
del lado más puro de mi corazón?
Vos eras presente.
Redimí recuerdos mirando adelante.

Respiré profundo.
Vi en vos al amigo: Sabio, rebosante
que le dio amparo a tanto dolor
con sano respeto al ver mi semblante.

Me sentí querida y aprecié el valor
que alberga un futuro de almas hermanas
con lazos certeros de compañerismo
que nunca debieron lanzarse al abismo
y libres quedamos de experiencias vanas.

Escribí contenta, aunque lagrimeando:
Amigos por siempre sin jugar a amarnos
Respiré profundo...terminé cantando.

RAMO DE VIOLETAS

Es medianoche.
Sigo escribiendo poesías.
Sé que me pertenecen.
Subrayo palabras mal escritas,
y reavivo otras con la tinta.
Voy cambiando lapiceras y una
de ellas me dibuja este poema.

Mi dedo índice dando sombra
como un árbol, se apoya con firmeza,

El mayor se asegura desde atrás,
salpicado con un ramo de violetas sin igual.

El pulgar se traslada trazo a trazo
y no cae ni una gota en su regazo.

El meñique y anular se mantienen
en la palma de la mano porque saben
que serán siempre acunados.

Mi mente me dicta letras hilvanadas,
formando poesías, cuentos y prosas,
para el amor, la esperanza, recuerdos,
nostalgia y a la bella mariposa.

Mis ojos ya pestañean.
Embriagada está mi alma.
Es hora de ir a dormir.
Soñar con una lapicera
y al despertar seguir…
seguir con mi delirio…
Mi delirio de escribir.