ROSITA FASOLÍS (Rosario-Santa Fe-Argentina)

DE LO QUE ME HABLES O NO

no
no me hables hoy
de los pedregales yertos que suman palabras grises
a la reptante memoria de tu olvido

no
no me hables hoy de calendarios que se fueron
ni de horas como lluvia, como hojas sin venas
entregadas -con lasitud-
al torrente fangoso del descuido

no
no me hables hoy
de los espacios que dejamos vacíos
en caudalosas ignorancias
ni de la cortante finitud de los días madurados
sobre el filo acabado y displicente
de las tantas conspicuas y fermentadas inconstancias

no
no quiero saber hoy de tus cohortes de bardos soñolientos
y juglares deficientes
que exhibían
por entre muslos y caderas conectados al relente de la hierba
sus exhaustos pentagramas desiertos de toda melodía,
sus partituras de piedra

exhaustas partituras
en las que no hubo -siquiera- un primer acorde
devastador o indolente
de lo que conjuramos habría de ser,
sobre la caricia resbalada,
aquella pequeña y mentida sinfonía de amor, o de ilusiones de amor

porque bastaba (aunque más no fuese)
una pequeña utopía, eso bastaba

háblame, sí,
de los colores que existen más allá de nuestra leve existencia
y no logramos ver
con nuestros ojos de niebla;

cuéntame, como si todo cuanto dices fuera certeza,
de elfos y mitos ancestrales,
de las ondinas que bailan en el remanso perfumado y denso
de los umbríos lagares de fermento y seda

embriágame con tus palabras de vino añejo
y dime de las manos que pondrás
tentando cada impronta de mí
sobre unas sábanas de jazmín y deseo

hazme al menos soñar que estamos vivos
y nos queremos.

DE LAS COSAS QUE DEBÍ SABER

yo
debí saber
qué cosas escribiría / la presteza de los otros/
en la cisura de mi cuaderno / de escolar hambriento
debí saberlo
sólo que/ no sabía/ que debía saberlo

y las sentencias fueron escritas
con lenguaje de tauromaquia
sobre mis nacientes muros de futuras piedras
construyendo sueños y paradojas / renuncias y miedos/
aliterando inquietantes grifos:
gárgolas por cuyas cavas correrían cenizas
y acabados fuegos

de aquí en más, ¿dejaré
que alguien (cualquiera, o vos)
me contamine
( siniestros por destreza propia )
con ufanados versos?

¿he de permitir que cualquier palabra que me llegue
pretenda ser mano,
hogaza,
manta,
lecho?

FRAGILIDADES I

ah!
suave y extraña esta reverberación de los sentidos
cuando la memoria trae
con delicada palidez
el recuerdo de la liviandad
con que simulamos amarnos
-juramentados, secretos-

y sólo era
-o sólo es ahora-
la búsqueda
la desazón
el desasosiego


y mira: el viento ha devastado los livianos nidos

...y vamos, como en el camino a Emaús,
desafortunados
y casi ciegos.

LATIDOS DE LA SOMBRA

de improntas azules tu sombra, tu reino de semipenumbras

la ausencia
se alarga
en la distancia entre el corazón y la médula.

tú te encuentras;
mientras tanto
yo me pierdo
como la sombra de un árbol que se seca

si te cruzaras
en la escualidez de mi sombra
-si te cruzaras-
oh sombra que eres
( ¡deslumbrante oscuridad sonora! )
sabrías
en el sesgo de esta canción tantas veces inhalada
que por ser parte de tí
ya no puedes tomarme.

DE CÓMO NOS FUIMOS

con las manos desbocadas,
el tacto caliente
avaricioso
furtivo
quisimos
establecer pactos
configurar protocolos
escribir
nuestro propio libro sagrado,
secreto

mas
equívocos
cautivos
perdidos en las horas de furia
sedosos
exhaustos
nuestros cuerpos palparon
con una casi inocencia
-con un casi llanto-
el ineluctable sendero
del ocaso
así nos fuimos,
cada uno
por su oneroso costado.

cada cual vomitando raíces
con sus cosas
con sus caos

desde entonces
mido las horas con la sequedad de mis labios
y en el recinto más abovedado
voy tejiendo mantas que no abrigan,
escancio agua de lluvia
en cántaros extraviados.

y tú, ¿en qué llano habitas?
¿acaso en mi propio desierto,
en mi suntuoso páramo?...